"Liberada su mente de los limites de la realidad, vio que nada era imposible"
-Yo mismo



viernes, 21 de mayo de 2010

7º Capitulo - Probando cosas.

Saltó y voló hacia el cielo, hacia el infinito y mas allá. Durante un segundo contempló como el sol se sumergía en la inmensidad del horizonte. Durante un instante todo en su mente se halló en calma y pensó en todo lo que le estaba ocurriendo. Relacionó todo hasta la fecha el sueño, el coche de policía, la hoja y ahora la caída.  Todo concordaba pero a la vez nada tenia sentido. El puré que era su mente era épico, nada y todo encajaban. Quería probar si todo era verdad. Así que volvió a la zona desde la que había despegado para hacer algunas ultimas pruebas. Cogió una piedra y la lanzó hacia adelante. Con toda su fuerza, la cual era evidente que no había cambiado, pero lo suficiente para que mientras volaba hacia el cielo Trouner se moviese a tal velocidad que la piedra se paró permitiendo a Trouner cogerla con suma facilidad. Ya solo le quedaba algo más, el FUEGO. Puso la mano boca arriba frente a el y pensó. ¡Fuego! De su mano brotó una tenue llama.  ¡Fuego! Volvió a pensar. Esta vez la llama se hizo mas grande y fuerte. Con la mente podía controlar la llama. Mas grande, mas pequeña, se apagaba, se encendía. Tenia control total sobre ella. Con una llama en la mano cogió una piedra en la otra y la lanzó. Después apuntó con  la llama hacia la roca que cada vez iba mas lentamente. Y la lanzó impactando contra la roca la cual se hizo mil pedazos. Se hacia tarde y el sol ya casi estaba oculto. Debían ser las 8 o así cuando se dio cuenta que había quedado con sus amigos. A paso normal volvió a su casa se duchó y cogió el coche.

- Va a ser una noche divertida - Pensó.

lunes, 10 de mayo de 2010

6º Capitulo - Libre

Llegó a casa de Jick mas cansado que de costumbre, algo normal al no controlar muy bien sus poderes, pero era algo que el todavía desconocía. Tras unas horas de estudio con Jick se fue de vuelta a su casa. Por el camino todo estaba mas calmado que de costumbre. Volvía a estar en otra calle desierta como tantas otras veces haciendo tonterías sin ser observado por nadie. En ese momento como tantas otras veces imaginó que de sus manos salía fuego como si de un mechero se tratase. Esperando que no pasase nada, esta vez fue diferente. Algo brotó de su mano una llama roja como la sangre. Volvió a chasquear los dedos y nada… Demasiado bonito para ser verdad. Era viernes eso significaba que por la tarde volvería al pueblo a aquel pueblo que siempre había odiado. Que le recordaba aquellas tardes de soledad y aburrimiento sin hacer nada. En el autobús de ida a su pueblo intentó recordar aquel sueño tan extraño que había tenido la noche anterior. Vislumbró la palabra culpabilidad y como la había podido ver de la mente de aquel hombre.  De repente algo volvió a pasar por su mente el chasquido y un fogonazo rojo tras el. “¿Realmente son ciertas estas cosas?” – Se preguntó.
Seguramente seria algo relacionado con la falta de sueño.

Aquella mañana de sábado con su cámara  digital nueva en la mochila subió a la fortaleza de su pueblo para hacer algunas fotos de la panorámica. Muy poca gente subia a la fortaleza en esa época del año. Se encontraba solo en lo alto de la torre del castillo. Bajo el una caída de 154 metros hasta una roca. Pero ya había estado muchas veces en el castillo lo conocía a la perfección. Se subió al borde y se dispuso a hacer la foto. Cuando concentrado en el ajuste de blancos, un viento tan fuerte como si de un tornado se tratase le empujó al vacio.


150 metros de caída. Vaya manera de acabar.
145 metros, ¿Cuáles serán los periódicos de mañana?.
138 metros, ¿Será bonito el funeral?
132 metros, ¿Debería haber visto LOST?
120 metros, ¿Habría muerto aquí si no hubiera comprado esa cámara?
111 metros, ¿Qué harán ahora mismo mis padres?
101 metros, ¿Qué hará ahora mismo esa chica tan guapa del bus?
89 metros, ¿Habrá alguna manera de amortiguar la caída?
80 metros, ¿Cómo quedara mi cuerpo?
76 metros, ¿He vivido esto antes?
69 metros, ¿Esto es un Dejavú?
50 metros, ¿Anoche… un abismo…
42 metros, ¿Cuál será el sentido de la vida?
23 metros, vuela.
16 metros, venga vamos vuela!
15 metros, bahh no puedo…
8 metros,…………….
4 metros,…………….
1 metros, ¡VUELA!


Se paró a 20 centímetros del suelo. No podía creerlo. Había caído desde 154 metros y no tenía ni un rasguño. De repente oyó una voz en su cabeza que decía. Vuelve a intentarlo. ¡LIBERA TU MENTE! Incluso a día de hoy no sabe ni cómo ni porque pero lo hizo. Corrió hacia el abismo tal y como en su sueño, el que ahora se le presentaba claro como el agua.