El muerto al hoyo y el vivo al bollo

En estos momentos escribo desde un autobús y me pregunto. Si por alguna de esas casualidades de la vida el conductor perdiese la vista de la carretera y justo en ese instante un coche emergiera de un carril no señalizado podría haber un choque. Haciendo este que el autobús volcase y los cristales se rompieran. Y aunque seguramente no pasaría casi nada pues más que nada sería el shock todos estaríamos bien pero esa perspectiva ahora mismo no me interesa así pues voy a hacer un alarde de imaginación y en vez de ir a mi pueblo voy por Despeñaperros un de los lugares más peligrosos en un posible viaje a la parte norte de España. Entonces el autobús probablemente caería por un precipicio de 50 a 100 metros. Sentenciando así nuestra vida. Pero más me interesa lo que pasaría después. Quien de todos aquellos a los que llamo amigos, familia, conocidos lloraría mi perdida?? Hay tantos que seguramente ni se enterarían. Tantos otros que pensarían vaya lastima y volverían a sus quehaceres. A los que realmente les importara esa es la gente a la que podría llamar verdaderos amigos. Pero y si por otra de las casualidades de la vida no fuese yo y es uno o varios de los que llamo amigos?? Realmente no se que supondría en mi vida. Por suerte o por desgracia (como decía un sabio profesor mío) solo he llorado la pérdida de uno de mis familiares más cercanos mi abuelo materno. Cayetano así se llamaba. La mejor persona que haya podido ver esta tierra nuestra. Con quien mejores momentos he pasado y de quien más he sufrido su perdida.

Realmente si yo muriera o muriese deseo que nadie llore mi perdida pues no quiero ser carga ni pesar de nadie.